Descubre 5 imprescindibles en tu visita al Palacio Real de Madrid

La Cámara de Gasparini es uno de los salones más hermosos de todo el Palacio Real, y suele ser el favorito de todos los que realizan nuestro tour guiado. Se trata del lugar donde el rey se vestía en presencia de la Corte, según las costumbres de la época. Su nombre se debe al diseñador de la sala, Matías Gasparini, quien tardo alrededor de 50 años en finalizar su decoración.

Su estilo va del chinoiserie al rococó; y tanto los muebles, como el suelo de mármol y el tapizado de las paredes se diseñaron como un conjunto. Casi toda su decoración y mobiliario son originales de la época, a excepción de la seda de las paredes, que tuvieron que sustituirse recientemente debido a su mal estado.

Destacamos en esta sala la presencia de uno de los relojes que Pierre Jaquet-Droz elaboró para la Corte. Está situado sobre la chimenea de la sala, y cuenta con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan al son de la flauta de un pastor al dar las horas.

El Salón del Trono alberga, tal y como su nombre indica, los tronos reales. Es la única sala del Palacio de Oriente que no ha cambiado de función a lo largo de su historia -desde su concepción en 1737-, y toda su decoración es original de la época.

Del Salón del Trono no puedes perderte la espectacular bóveda, diseñada por Roberto Michel y la más bella de todo el Palacio. El gran fresco es una de las últimas obras del artista Giambattista Tiepolo, y representa el esplendor de la monarquía española.

El resto de la decoración es obra de Battista Natali, quien diseñó todos los bordados de la estancia. La decoración de Natali y las pinturas de Tiepolo conforman una de las grandes cimas del rococó en España.

Por último, destacamos las esculturas de la estancia, que fueron en su mayoría rescatadas del antiguo Alcázar. Entre ellas destacan la serie de figuras de bronce conocida como Los Planetas, de Jacques Jonghelinck, la serie de estatuas Las virtudes cardinales de René Fremín, y los leones de bronce que rodean el trono real, obra de Lucca y que fueron traídos de Italia junto con Los Planetas por el pintor Velázquez.

La Real Capilla fue realizada entre los años 1750 y 1759 por Ventura Rodríguez, a ordenanza del monarca Fernando VI. Posee una distribución clásica, y tiene su acceso desde la galería que rodea el patio central.

Su decoración fue llevada a cabo por el pintor Corrado Giaquinto, quien pintó los frescos de la capilla y el atrio. Su órgano, construido en 1778 por Jordi Bosch i Bernat, está considerado como una obra maestra. También destacan las obras de los artistas Ramón Baye y Mengs.

Recientemente, esta sala ha sido utilizada por la familia real para funerales, como los de Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón. En noviembre del año 200 también se celebró en la capilla un acto para conmemorar el 25 aniversario de la proclamación de Juan Carlos I como rey de España.

Aunque esta estancia ha sido esporádicamente ocupada a lo largo de su historia, alberga algunas de las piezas más interesantes del Palacio Real. Su nombre se debe a que estuvo ocupada por el infante Luis Antonio de Borbón entre los años 1764 y 1776.

De la primera antecámara, conocida como Salón de Vajillas, no puedes perderte el fresco de Luis González Velázquez, así como la vajilla usada en el servicio de los Príncipes de Asturias, diversas piezas de porcelana de Sévres, y la cristalería del rey Francisco de Asís, elaborada en la Real Fábrica de Cristales de La Granja.

Seguidamente, nos encontramos con la Cámara del Infante -en la que el infante organizaba audiciones y que a día de hoy sirve como sala de instrumentos- y la Sala de Papel Pintado, ornada con papel de la Real Fábrica.

Terminamos la visita con el Gabinete del Ángulo o Tocador Chinesco, que junto con el cuarto de la infanta Mariana Victoria y la Pieza de los Pájaros, albergan la colección de pintura más grande del palacio. Así, se conservan obras de Juan de Flandes, Van der Weyden, El Bosco, Rubens y Caravaggio.

Por último, en tu tour guiado por el Palacio Real de Madrid no puede faltar la visita a la Real Armería, una de las mejores del mundo junto con la Armería Imperial de Viena. A pesar de que una parte de la armería se perdió durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, se conservan algunas de las armas y piezas más importantes a nivel mundial.

No olvides contemplar las piezas de torneo de Carlos V y Felipe II, realizadas por los mejores maestros armeros de Milán y Augsburgo. De entre ellas, destaca la armadura y aperos completos que lució el emperador Carlos V en la batalla de Mühlberg, y que fue retratada por Tiziano en su famoso retrato ecuestre que se encuentra en el Museo del Prado.